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Archivos Mensuales: noviembre 2013

“La mejor forma para frenar la pérdida de dólares es que los mismos empiecen a entrar y para ello se necesita un shock de confianza, que es posible. Sin confianza, del cepo no salimos más porque por cada dólar que entre, se irán dos”. (Germán Fermo, http://germanfermo.com/2013/11/la-mutacion-del-kirchnerismo-y-el-2015-que-nos-espera.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+blogspot%2FyPLTb+%28MacroFinance%29)

«¿Cómo es posible que lo que inicialmente era mercancía se convierta al final en dinero? Esto sucede cuando un poderoso y gran derrochador de una materia, que al comienzo la utilizaba para adorno y brillantez de sus siervos (de la corte) (por ejemplo, oro, plata, cobre, o una clase de conchas preciosas, o el la costa de Guinea esclavos negros), es decir, cuando un soberano exige que la contribución de sus súbditos se haga en esta materia (como mercancía) y paga de nuevo con la misma materia a aquellos cuyo trabajo para procurarla ha de incitarse de este modo, siguiendo las disposiciones del comercio entre ellos y con ellos. Sólo así (a mi modo de ver) ha podido una mercancía convertirse en medio legal de intercambio del trabajo de los súbdito entre sí y, con ello, de la riqueza estatal, es decir, en dinero.» (Kant, «La metafísica de las costumbres», p. 112)

«La cosa que ha de llamarse dinero tiene que haber costado ella misma el mismo trabajo para producirla, o también para ponerla en manos de otros hombres. Porque, si fuera más fácil conseguir la materia que se llama dinero que la mercancía, llegaría más dinero al mercado que mercancía hay a la venta; y puesto que el vendedor tendría que aplicar a su mercancía más trabajo que el comprador, al que el dinero afluye con mayor rapidez, desaparecería el trabajo en la fabricación de mercancías y de este modo también desaparecerían y disminuirían la industria tal junto con el trabajo industrial, que tiene como consecuencia la riqueza pública. Por tanto, los billetes de banco y los asignados no pueden considerarse como dinero, aunque lo representen por un tiempo; porque no cuesta ningún trabajo fabricarlos y su valor reside únicamente en la suposición de que permanecerá el cambio conseguido hasta ahora por dinero en efectivo; suposición que desaparece en cuanto se descubre que no hay cantidad suficiente de este último para un comercio fácil y seguro, haciéndose invevitable la suspensión del pago.» (Kant, «La metafísica de las costumbres», p. 113)

!El dinero es una cosa, que solo es posible usar enajenándola. Esta es una buena definición nominal pero no nos aclara nada sobre la posibilidad de una cosa semejante. Sin embargo, vemos a partir de ahí, en primer lugar, que esta enajenación, en el mismo intercambio, no se proyecta como donación, sino como adquisición recíproca; en segundo lugar, que, puesto que lo concebimos como un simple medio de comercio universalmente aceptado (en un pueblo), carente en sí de valor, por contraposición a una cosa como mercancía (es decir, a aquello que tiene un valor y se refiere a la particular necesidad de uno u otro en el pueblo), representa todas las mercancías.

(…) El valor del dinero es sólo indirecto. Ni se le puede disfrutar en sí mismo ni se le puede utilizar inmediatamente como tal para nada; sin embargo, es un medio que entre todas las cosas es de suma utilidad.

Aquí podemos fundar provisionalmente una definición´n real del dinero: es el medio universal para intercambiar el trabajo de los hombres; de modo que la riqueza nacional, en la medida en que ha sido adquirida mediante el dinero, propiamente hablando, sólo es la suma del trabajo con que los hombres se retribuyen entre sí y que se representa en el dinero que circula en el pueblo.» (Kant, «La metafísica de las costumbres», p. 111)

 

«Aunque sorprendentemente muchos argentinos lo desconocen, los destinos económicos de nuestro país están muy ligados al ciclo de tasas que sigue la Reserva Federal de Estados Unidos por una sencilla razón: somos un país exportador de commodities en donde el sector agro-exportador tiene una enorme influencia en la dinámica de la economía local.

Normalmente cuando la Fed entra en ciclo de baja de tasas pone a los commodities de punta como en la actualidad. Por el contrario, cuando entra en ciclos de subas de tasas genera normalmente precios muy bajos de commodities como ha sido por ejemplo el ciclo de subas de Paul Volcker en los 80s. El gráfico de abajo precisamente muestra la relación entre la soja y la tasa de referencia de la Fed desde 1982.

El propio ciclo económico de la Reserva Federal marca su ritmo de tasas y en ese sentido somos un país altamente dependiente de dichas decisiones tal como muchos de nuestros vecinos.» (Germán Germo http://germanfermo.com/2013/11/sera-cierto-que-dios-es-peronista.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+blogspot%2FyPLTb+%28MacroFinance%29)

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Comentario: no hay duda que una unión monetaria necesita de instituciones que la reguarden. Pero, el problema es que en el límite, una moneda mundial requeriría de un gobierno mundial y eso, al menos desde Hegel, no es posible hasta que aparzcan los marcianos con quien paliar.

«La lección del pasado es dura, pero innegable: todas las uniones monetarias que no se anclaron en estructuras políticas similares a las de los estados tarde o temprano naufragaron (…) A fin de cuentas, es el gobierno federal de los EE.UU el que tiene la responsabilidad del desempeño económico de los diferentes esados. Si el gobierno del estado de California quiebra, Whashington intercederá – seguramente no de manera incondicional-, pero el gobierno federal estabilizará la economía californiana y hará posible que empresas californianas rentables puedan tomar préstamos en dólares a una tasa de interés razonable (…) En este caso, tiene sentido tener una moneda común. Los estados de los EEUU comparten una responsabilidad política, un origen cultural común, un idioma común y un mercado laboral sumamente integrado. » (Jesper Jespersen, «El euro: ¿porqué falló y como seguir adelante?, en Ensayos Económicos BCRA 68)

 

 

«Nada de esta crisis es estándar, los extremos a los que no ha conducido en repetidas ocasiones implica que se hace necesario analizarla con una visión probablemente más amplia reconociendo que al andar Ben Bernanke y su equipo están escribiendo un nuevo capítulo en política monetaria activa la cual ha alcanzado niveles históricos en su escala y en su innovación y no creo que Janet Yellen sea la excepción en este sentido. Y precisamente porque vivimos tiempos distintos se hace necesario analizar los costos potenciales de tanta laxedad monetaria lejos de sus impactos tradicionales.» (Germán Fermo, http://germanfermo.com/2013/11/un-mundo-de-heterodoxia-monetaria.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+blogspot%2FyPLTb+%28MacroFinance%29)